Es Dios el que decide otorgar la gracia, no es el hombre el que con su habilidad, inteligencia o esfuerzo logra acceder al mundo sobrenatural. (ver artículo)
Es Dios el que decide otorgar la gracia, no es el hombre el que con su habilidad, inteligencia o esfuerzo logra acceder al mundo sobrenatural. (ver artículo)