Saulo de Tarso fue un judío formado en el templo de Jerusalén, orgulloso y practicante de su fe, No había conocido a Cristo, pero conocía la raza de sus seguidores (ver artículo)
Arráncale una sonrisa a Jesús, de ese Rostro que puede iluminar las noches de oscuridad de muchas almas, desesperadas y dolientes. Luz que surgirá de Sus Ojos y consolará los corazones que esperan. (ver artículo)
En este mar apático se nada y se nada, buscando una isla donde aferrarse. Y esas islas aparecen, cuando cruzamos nuestro camino con alguien que ve a Dios en lo cotidiano. (ver artículo)
Es Dios el que establece los modos, los tiempos y las circunstancias que rodean nuestras horas de prueba, y Gracia. Y la entrega a la Voluntad del Maestro, del Señor, es nuestro consejo de vida. (ver artículo)
El nombre de un ser amado no pasa jamás, porque nuestra alma perdura por toda la eternidad, sin restricciones. Mi padre no era Juan, es Juan. (ver artículo)
Un alma que Dios crea es algo que, en sus últimas circunstancias, sólo Él puede apagar, del modo que Su Voluntad disponga. Debemos saber vivir del lado de la luz, del lado de Dios. (ver artículo)
El miró a Su Madre como Hombre, y con una sonrisa aceptó el ruego de cambiar Su Voluntad, sabiendo que nada que Ella pidiera podría estar mal. (ver artículo)
Señor, sé que el precipicio está siempre demasiado cerca de mí. No permitas que escuche las voces que me sugieren hacer de Ti algo más; sabiendo que en ti está la salvación. (ver artículo)
Jesús, paciente y silencioso, deja que nuestra alma sane y cicatrice. El cura nuestras heridas, disuelve nuestros recuerdos dolorosos y abre caminos de esperanza. (ver artículo)