El 4 de agosto de 1994, en el pequeño pueblo de Aokpe, Nigeria, miles de peregrinos fueron testigos de un asombroso acontecimiento que aún hoy inspira fe. La protagonista fue Christiana Agbo, una joven local que, desde 1992, afirmaba recibir mensajes (ver artículo)
El Milagro Eucarístico de Aokpe
