Meditaciones – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Fri, 25 Apr 2025 16:41:05 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 La Llaga de la Misericordia https://www.reinadelcielo.org/la-llaga-de-la-misericordia/ Fri, 25 Apr 2025 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=389 Por el honor que Dios me concede al escribir sobre Sus cosas, puedo conocer a gente excepcional, enamorados de Su Iglesia, de Su Sagrado Corazón, de Su Inmaculada Madre. En este capítulo estaba absorto, escuchando a dos apasionados corderos del rebaño del Pastor Divino que intercambiaban frases distantes años luz del mundo tal y como lo conocemos. Yo, testigo mudo, gozaba y deseaba ese intercambio reemplazara por completo tantas otras cosas que uno vive a cotidiano. Vivía así un paseo por el jardín de las cosas de Dios, ni más ni menos. Él, un sacerdote como Dios manda, ella, una pequeña seguidora del Hombre Dios, juntos, dos verdaderas presas del Pescador de hombres, en el buen y bíblico sentido del término.

En estos giros estábamos, cuando la conversación se fue aproximando a algo que llamó mucho mi atención, hasta que intervine y exclamé: ustedes están compartiendo sus experiencias espirituales sobre una devoción que debiera difundirse por el mundo entero, particularmente en estos tiempos de tribulación y persecución de todo lo bueno. Me miraron atentos, pensativos. Quise decir entonces que sus comentarios sobre la importancia de la devoción a la Llaga del Costado del Señor son especialmente importantes para nuestro mundo, porque sin dudas esta es la Llaga de la Misericordia.

Cuando Jesús moría desangrado en el Gólgota, ante la mirada azorada de Su Madre y unos pocos testigos, se deslizaron algunos hechos que en pocos minutos marcaron la historia de la Iglesia, de la humanidad. La canonización del primer santo, San Dimas, el buen ladrón. El mismo Dios lo declaró canónicamente Santo desde Su Cruz. También las inolvidables Palabras a Juan y María, haciéndonos a todos nosotros hijos, con Juan, de semejante Madre. Pero otro hecho excepcional fue el que protagonizó el soldado romano con la punta de su lanza, tratando de verificar si el Divino Reo estaba realmente muerto.

Él clavó el metal hasta el fondo, traspasando Piel y Músculos, hasta llegar al Corazón del Crucificado. De allí, para su sorpresa, brotó abundantísima Sangre y Agua, que lo bañaron en la fría, tormentosa y oscura cima del Gólgota. El Signo fue derramado en el momento preciso, el momento del triunfo, cuando el Salvador del mundo nos dio Vida Eterna llevándose nuestros pecados con Su propia entrega. Sangre y Agua, Vida y Redención. Sangre que representa la Vida que nos da el Salvador, y Agua que representa el lavado de nuestros pecados.

Así lo rezamos en esa hermosa oración que es el Anima Christi: “Sangre de Cristo embriágame, Agua del Costado de Cristo lávame”. La Misericordia de Dios nos alimenta con la Sangre que da la Vida Eterna, y nos lava con el agua del Sacramento de la Reconciliación. El Sacrificio de Jesús significó la Salvación de la humanidad, no por el mérito de hombre alguno, sino por el mérito exclusivo del Hombre Dios, Jesucristo Dios Vivo, Verdadero Dios y Verdadero Hombre. La Salvación proviene exclusivamente de Él, por Su Infinita Misericordia, que se derramó de Su Costado en el culmen de aquel día de dolor y triunfo, cuando ya Su Cuerpo exánime se presentaba ante la Madre de todos nosotros, Madre de la humanidad, Madre del dolor.

Ser Dios

Muchos siglos después Santa Faustina Kowalksa vio al Señor que le decía: “Pinta un cuadro según la imagen que te muestro en este momento”. Jesús se presentó entonces a ella con una mano bendiciendo y la otra señalando Su Sagrado Corazón, del que brotaban dos rayos que iluminaban el mundo. Un rayo era rojo, el otro blanco. Según explicó Jesús a Faustina, estos rayos representan la Sangre y el Agua, mismos que brotaron de Su Corazón a través de la Llaga de Su Costado.

La Llaga de la Misericordia, Llaga del Costado del Señor, sigue derramando la Lluvia de la Misericordia sobre todos nosotros, porque vivimos los tiempos de la Misericordia Divina. A Francisco de Asís se abrió esa llaga, y al Padre Pío también, derramando abundantísima sangre que unió a estos dos extraordinarios hombres a la Redención del Señor, invitándolos a ellos y a nosotros todos a ser corredentores, como es Corredentora la Madre del Señor. Dios nos invita así a configurarnos a Su Cruz, a llevarla, a dejarnos envolver en esta Lluvia de Gracias, de Misericordia Divina, que abundante y profusamente brota de Su Costado.

Hoy, ahora y siempre, adoremos la Llaga del Costado de Cristo como signo de Su Infinita Misericordia. La Lanza que traspasó a aquel Cordero en la cima del Gólgota sigue traspasando Su Misericordiosísimo Corazón en la forma de incontables ofensas y pecados, que se acrecientan al son y el crepitar de la hoguera espiritual en la que el mundo gozoso se sumerge. Nada detiene el fluir de la Sangre y el Agua, hasta que un día el Padre Eterno invite al Justo Juez a derramar Su Justicia.

Vivimos un tiempo de Gracia, no lo desperdiciemos. Adoremos al Amor de los Amores, que en tiempos de Misericordia nos baña con el Amor que brota de la Llaga de Su Costado, la Llaga de la Misericordia.


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En memoria del Papa Francisco https://www.reinadelcielo.org/en-memoria-del-papa-francisco/ Mon, 21 Apr 2025 17:55:32 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=28407 ]]>

Hoy, 21 de abril de 2025, la Iglesia Católica y el mundo entero lamentan profundamente el fallecimiento de Su Santidad el Papa Francisco, quien partió a la Casa del Padre a los 88 años en su residencia de la Casa Santa Marta en el Vaticano. Su pontificado, iniciado en 2013, estuvo marcado por un compromiso inquebrantable con los más pobres, la justicia social y una Iglesia abierta y misericordiosa.

Desde Reina del Cielo, nos unimos en oración y duelo por la partida de este gran pastor. Elevamos nuestras súplicas a la Virgen María, Reina del Cielo, para que interceda por el alma del Santo Padre y lo acoja en la gloria eterna.

Que su legado de humildad, cercanía y reforma siga iluminando el camino de la Iglesia.
Descansa en paz, Papa Francisco.

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El Santo Cáliz de la última cena https://www.reinadelcielo.org/el-santo-caliz-de-la-ultima-cena/ Thu, 17 Apr 2025 07:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=7384 Mira el video publicado. ]]> Recordar la última cena nos lleva a un momento extraordinario en la vida de Jesús y en nuestras vida de fe. Pensar en el Pan partido y repartido y en la copa que Jesús utilizó nos pone delante de lo que es nuestra salvación: Cuerpo y Sangre de Cristo, que se entrega por nosotros.

Santo Cáliz de Valencia (solo)

Según la documentación que existe, el Cáliz que se guarda y custodia en la Catedral de Valencia sería el Santo Cáliz de la última cena.

A continuación podemos ver un video explicativo donde, además, veremos cómo algunos Papas lo han utilizado para celebrar la Eucaristía.


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El orden y el desorden https://www.reinadelcielo.org/el-orden-y-el-desorden/ Fri, 11 Apr 2025 11:19:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=564 Orden y desorden, obediencia y transgresión, poder instalado y revolución, un péndulo que ha acompañado a la historia de la humanidad, y la sigue acompañando.

Y si bien es cierto que el orden está indisolublemente asociado a Dios, no lo está del modo que lo plantean los hombres. Muchos hombres se identifican a viva voz con Dios y con el concepto de orden y obediencia, y sin embargo lo hacen de mala manera. Se podría decir que piden, predican y exigen un mal orden y una mala obediencia. De éste modo, existe el buen y el mal orden, y la buena y la mala obediencia, en el mundo de los hombres. El buen orden y la buena obediencia son de Dios, el mal orden y la mala obediencia son de los hombres, inspirados por su propio egoísmo y por el tentador.

Veamos: de manera absolutamente consistente y a lo largo de la historia, se han asociado con el concepto de orden, disciplina y obediencia aquellos que de un modo u otro han alcanzado el poder sobre otros. Poder que es jerarquía, dominación, bienestar y capacidad de juzgar y condenar. El hombre, cuando alcanza el poder sobre sus hermanos, se vuelve conservador, en las palabras del mundo. Y ese conservadorismo está dominado por el no cambio, el apego a las tradiciones y a lo conocido. En resumidas cuentas, estos hombres se apegan al concepto de orden y obediencia como un modo de asegurarse que nada cambie para ellos, que todo siga como está, porque están muy cómodos en la situación predominante.

En cambio, y de manera consistente a lo largo de la historia también, aquellos que no tienen el poder pero lo quieren alcanzar, se han asociado con el concepto de ruptura, cambio, libertad, igualdad, independencia y modernismo. En definitiva, adoptan el concepto de desorden y transgresión como modo de desplazar a aquellos que tienen el poder, y de tal modo quebrar la quietud de la situación actual para alcanzarlo. Ellos quieren, simplemente, romper el status quo. Es curioso, pero esos mismos personajes, alcanzado el poder se van volviendo lentamente mas conservadores y tradicionalistas en esos conceptos “modernos” que ellos introdujeron como “revolución”. Es que ahora son ellos los que tienen el poder, el confort y la dominación de los demás. ¡Ahora no quieren que nada cambie!. Todo esto, usualmente, no es más que producto del egoísmo humano, escondido bajos figuras supuestamente justas, modernas y atractivas.

Sacerdote rezando

Detrás de estos dos conceptos extremos están representadas las ideologías políticas de todo movimiento humano: cuando se quiere seguir como se está, se apela a la tradición y al orden establecido, a defenderlo a muerte, a que nada cambie. Y cuando se quiere acceder a un lugar mejor, a nivel humano, se visten los hombres de rebeldes y revolucionarios, de transgresores y liberales, de defensores de los derechos de aquellos a quienes necesitan para agredir a los que están en el poder. ¡Necesitan tropa para romper el equilibrio instalado!.

Control y Kaos, tal como graciosamente lo ridiculizara Mel Brooks, autor de aquella parodia de poder y espionaje llamada Maxwell Smart. ¿La recuerdan?.

La pregunta entonces es: si de un lado está el orden y la disciplina, y del otro el desorden y la transgresión, ¿de qué lado está Dios?.

La respuesta es, de ambos lados, y de ninguno a la vez. Es que Dios está en los corazones de los hombres y mujeres que actúan sinceramente, con intención de ayudar a sus hermanos, sin ánimo de dominación ni explotación, buscando lo mejor para los demás. Y hay hombres y mujeres buenas en todas partes, muchas veces engañados por sus lideres, que los utilizan para sus fines personales. Y también hay hombres y mujeres de mala intención, de mal corazón, en todas partes. No se puede generalizar, nunca, porque sólo Dios ve los corazones y puede saber quien actúa bien y quien mal. En todos los ordenes está presente el Espíritu Santo, tratando de romper los diques de nuestras almas y desbordarnos de amor. Y también está el tentador luchando para perdernos, para llevarnos al egoísmo y el odio.

Nuestro Dios, mientras tanto, es un Ser de infinito Orden. Un Orden basado en el Amor, en la Paz y en la Justicia. El orden que el Espíritu Santo nos inspira es el del equilibrio interior y exterior, que nos da paz, calma, paciencia y prudencia. Pero cuando las cosas están mal, también es un Dios de escándalo, de guerra, de ruptura, como lo dicen las Sagradas Escrituras. No puede perdurar el orden cuando es el demonio el que establece las reglas: Dios provoca allí la ruptura de ese mal orden. El Espíritu Santo nos inspira entonces fortaleza, perseverancia, y un santo deseo de luchar por la causa de nuestro Rey, de nuestra Casa Celestial.

El falso orden y el falso reclamo de obediencia luchan por infiltrarse de un modo u otro en todas las instituciones humanas, en su intento de conservar el poder. Así ocurre en gobiernos, empresas, escuelas, familias y también tristemente hasta en las estructuras jerárquicas de la iglesia. Y la falsa lucha por la liberación, por los derechos del individuo, por un supuesto mundo mejor, también se infiltra en las mismas instituciones, tratando de tomar el poder. Sin embargo, de un lado y del otro también hay gente que obra de corazón, con intenciones rectas en el alma.

¿Quieres ser tradicionalista, conservador?. Lucha entonces por conservar todo lo que nos piden las Escrituras, por mantener vivo aquello que Jesús nos legó como producto de Su Sacrificio. ¿Quieres ser moderno y revolucionario?. Pues lucha para erradicar el egoísmo de este mundo, para incendiar los corazones con el amor a Jesús, nuestro Rey. ¡Y de ser posible, haz ambas cosas a la vez!

No juzguemos a las personas por sus ideologías o por sus pertenencias a tal o cual agrupación, raza, sexo, movimiento, nación, religión o vecindario. Miremos el corazón del hombre, y obremos en ayuda de nuestro Dios, que nos quiere salvar a todos.


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Eres lo que oras https://www.reinadelcielo.org/eres-lo-que-oras/ Fri, 04 Apr 2025 08:00:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=25937 ]]> Me llevó mucho tiempo comprenderlo. Demasiado. ¿Cuántas veces nos ha pedido y sigue pidiendo la Virgen que oremos? En cada aparición de Maria, siempre el mismo pedido: oren. Por eso, ahora finalmente comprendo que verdaderamente “soy, lo que oro”. Y vale para ti también: Eres, lo que oras. Te lo repito. Eres, lo que oras.

Mira, sin oración, tu alma empieza a desfallecer hasta literalmente volverse como una rama seca de un árbol. Aun allí, adherida al tronco, pero seca, inerte, porque sin oración te desconectas de la Fuente de la Vida, que es Dios mismo, quedándote expuesto a todo mal, a toda tentación, a toda caída, a toda enfermedad del cuerpo y del alma.

Sé que te es difícil comprender la verdadera dimensión sobrenatural del acto de orar, pero mi querido hermano, debes abrir los ojos a la realidad espiritual invisible a nuestra vista humana, y comprender que en el centro de nuestra vida está la necesidad de orar. Orar, con el corazón, cada día, incesantemente, convencidos de estar hablando con Dios mismo, cara a Cara. No lo ves, pero Él está allí, esperando, escuchando.

Sé bien que en este instante estás tratando de comprender esto con una mente humana, pero debes mirar las cosas de otro modo, y aceptar que la oración actúa de maneras tan diversas, que ni tu ni yo las podemos imaginar. Por eso te propongo que, sabiendo que no podemos conocer o comprender todo el invisible mundo que se abre cuando oramos, hablemos sin embargo hoy de corazón a corazón sobre las maravillas que ocurren en ti cuando inicias el dialogo con tu Dios.

La clave se esconde en esta pregunta: ¿Por qué necesita Dios que ores?

La respuesta es simple: El no necesita nada, absolutamente nada, y mucho menos algo que tu o yo podamos darle. Tampoco Dios pide oración para El, para guardarla en un cofre o coleccionarla de algún modo, o llenar un álbum de recuerdos con tu foto en la portada. No. El necesita que oremos porque sabe muy bien que los que necesitan oración, somos nosotros. El sabe que la oración es la acción de nuestra voluntad que abre la puerta de nuestro corazón a Su sanación como Medico de las almas.

Si, mi hermano: lo maravilloso de todo esto es que la oración es la llave que sólo nosotros tenemos, que abre de par en par nuestro interior para que Dios entre allí, para que El habite en nosotros. Por eso, debes aceptar que tú necesitas la oración, no Dios. El Señor, como un caballero que es, no va a entrar si tú no abres la puerta, porque El jamás obliga. Es Su Ley, tú oras haciendo uso pleno de tu voluntad, y sólo entonces, Dios responde.

Dichas así las cosas, orar puede ser visto también como pedir a Dios que comience a podar una enredadera que se ha enroscado en tu interior, bloqueando más y más el paso de la Luz Divina, y cercenando tu capacidad de ver la realidad, de escuchar a Dios. Porque la oración hecha desde el corazón es un arma que desata una batalla en tu interior, y es una lucha donde Dios combate contigo contra tus apegos al mundo, tus ansiedades, tus miedos, tus tendencias naturales a caer. Sin oración eres como un ciego que trata de conducirse sin tropezar. Imposible. Totalmente imposible. Es por eso que cuando Dios envía a Su Madre con palabras que penetran a través de esa maraña de mundanidades que te ahogan, Ella siempre opta por comenzar el diálogo con un mensaje: ora, ora sin cesar. Ella sabe muy bien que sin podar esa asfixiante enredadera espiritual que te ahoga, no podrás escuchar a su Hijo, no podrás vivir a pleno los Sacramentos, y mucho menos vivir una vida de Gracia, en Gracia.

Dichas con tal simpleza las cosas, mi hermano, debes comprender que mientras rezas se están cortando cadenas en tu interior, derrumbando muros, sanando heridas, abriendo grietas por las cuales pueda entrar allí la Luz de Dios. Mientras rezas estás abriéndote a que Dios trabaje en ti mismo, combatiendo tus egoísmos, tus vanidades, y acercándote más y más a un momento donde la Gracia del Espíritu Santo pueda inundarte sin restricciones, sin limitaciones. Ese es el poder de la oración, que abre las puertas al Señor para que El limpie y prepare tu alma para recibir la Bendición de Dios mismo, en todo Su Poder.

Te confieso que con gran tristeza he observado que demasiadas veces traté de resolver mis problemas solo, sin oración. Ya hundido en la angustia y la falta de esperanza, volví a la oración, para contemplar como en pocos días El Señor no sólo me dio la fortaleza para atravesar las pruebas, sino que El mismo removió los obstáculos que me estaban angustiando. Dios mismo me dijo ese día que Él estaba esperando mi oración, para liberar Su Misericordia y acudir en mi rescate.

Así, he comprendido finalmente que, sin oración, no soy nada, porque la oscuridad de no estar unido a Dios es más profunda que cualquier noche sin luna ni estrellas. Cuanto más rezo, en cambio, más crece mi abandono en El Señor, en Su Providencia, en Sus Consuelos, en el regalo de tener a Su Madre conmigo. En definitiva, en la esperanza del Reino, porque no hay nada más grande que poder estar un día unido a Él, en el Cielo.

Eres lo que oras, mi querido hermano. Ante cualquier desafío de la vida, responde con más oración. Ante cualquier tristeza o depresión, ora con más insistencia. Aun ante las cosas buenas que Dios te da, ora más y más, porque, en definitiva, todo viene de Dios, ya que nosotros no tenemos nada, ni somos nada. Solo somos en El, cuando le abrimos la puerta de nuestro corazón para que El anide allí dentro, y le dé propósito a nuestra vida, haciendo Su Divina Voluntad. Y eso, solo ocurre, si oras hasta transformarte tú mismo, en oración. Porque, al fin del día, tú eres lo que oras.

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Autor: Reina del Cielo


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Falta oración https://www.reinadelcielo.org/falta-oracion/ Mon, 31 Mar 2025 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=500 Crisis económica global, epidemias de dengue, amenazas de pandemia por una influenza severa y ahora el corona virus que puede afectar a millones de personas alrededor del mundo. Pareciera que no faltan amenazas que se ciernan sobre nosotros, renovadas cada día. Es tal el temor, que una preocupación se superpone a la anterior, haciéndonos relativizar una respecto de la severidad de la que sigue.

Hace unos días comentábamos estos episodios, y una mujer de gran fe dijo: “Falta oración”. Me quedé mirándola con ojos curiosos, y pensé: si, de veras que falta oración. Es una inspiración del Espíritu Santo el comprender que la oración es el motor que mueve al mundo. Hace muchos años supe que nuestro amado Juan Pablo II había propiciado la instalación de un grupo permanente de religiosas que, alternándose en tan gran honor, oraran en forma permanente dentro del Vaticano. Propiamente allí, centro de la cristiandad, Juan Pablo quiso tener un “motor espiritual” que impulsara y protegiera su papado, que cubriera a la Iglesia toda.

Juan Pablo II comprendía muy bien la verdadera esencia que mueve al mundo, que no es más ni menos que la Misericordia de Dios. Nuestro Señor, Misericordioso hasta el extremo, se encuentra sujeto a Su propia Ley, que tiene a la Justicia como equilibrio necesario en el caso de que el hombre no permita que El actúe en Su Infinito Amor. El quiere ayudarnos, cuidarnos, protegernos, pero si somos tan irresponsables como para rechazar Su Gracia, no tiene más remedio que dejarnos sujetos a Su Justicia.

Y claro que este mundo hace lo imposible para merecer la Justicia de Dios, ahuyentando Su Misericordia. Ya lo dijo San Pío de Pietrelcina, que el “demonio es como un perro encadenado, por eso el hombre debe mantenerse alejado del perro en lo que es el alcance de su cadena”. La Gracia es el modo de dejar al mal y sus colmillos “fuera de alcance”. Pero, si somos tan tontos de acercarnos y de hasta jugar y hacernos amigos del perro, no nos quejemos de sus mortales mordidas.

Buscar a Dios

Nada es más poderoso para derretir el Corazón de Dios que la oración realizada con fervor y sinceridad, de modo permanente. Por la oración de unos pocos, Dios se abaja a perdonar a muchos. Es que El nos ama tanto que no puede dejar de darnos los recursos para que nos mantengamos a flote en medio de este mar de adversidades y dolor. Cuando nos sentimos llenos de miedo y angustia, el abrazo a Su Sagrado Corazón se realiza de modo perfecto en el diálogo sincero de las palabras de un corazón orante, palabras que suben al cielo como infalible recurso de salvación.

No, no nos quejemos de lo que ocurre, si no oramos lo suficiente. Claro que falta oración, si vivimos pensando que algo de lo que tenemos es nuestro. Familia, trabajo, salud, todo es Gracia de El. Nada es sostenible si es que no conectamos nuestra vida de modo indeleble y sutil, pero poderoso y efectivo, con el Sagrado Corazón del Señor. Cataclismos naturales, enfermedades, crisis económicas, gobiernos miserables y malvados, todo pasa si el pueblo cristiano honra el Amor de su Dios.

Falta oración, y esto se nota al ver los medios de difusión donde Dios no está solo ausente, sino mucho más grave, insultado y agredido en Su Amor. Ya no alcanza con ignorar a Dios, ahora se lo ofende a diario. Lo ofenden quienes se confiesan enemigos de Su Iglesia. Lo ofenden mucho más quienes proclaman ser Sus amigos y escandalizan al hombre con comportamientos dignos del peor enemigo. Burla y agravio invaden los oídos y ojos de nuestros hijos, sembrando cada vez más el mal que vendrá mañana. Mientras tanto, nos preocupamos del mal de hoy, sin siquiera detenernos a meditar sobre su origen. El perro nos sigue mordiendo, mientras jugueteamos demasiado cerca de sus colmillos.

Hemos hecho, como humanidad, todo lo necesario para sujetarnos a la Justicia de Dios, alejando de nosotros a Su Misericordia. Pero El, Eterno Amante, insiste una y otra vez con Sus actos de Amor, para convencernos de que tenemos una nueva oportunidad de volver a Su Casa. ¿Qué estamos esperando para organizarnos, para impulsar una ola de oración que derrita, una vez más, el Corazón del Señor?

Falta oración, y nosotros somos los destinatarios de esta mirada del Creador. Es a nosotros a quienes mira, es de nosotros de quienes espera. Miremos a nuestro alrededor, evidencias sobran.


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Aborto y Fe, conceptos irreconciliables https://www.reinadelcielo.org/aborto-y-fe-conceptos-irreconciliables/ Fri, 21 Mar 2025 09:19:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=11376 ]]> La ciencia ha sido clara: la vida humana se origina en el momento de la concepción. Sin lugar a dudas. Ya ese minúsculo conjunto de células tiene lo necesario para ser llamado Ser Humano. Abundan las fotografías de fetos en etapas tempranas del embarazo que exponen la clarísima distinción de órganos aun en tan iniciales momentos. Eso da por tierra la discusión de si abortar luego de tal o cual semana es más o menos homicidio. Cualquier aborto es un crimen, porque se arrancan los organos y la vida misma de una vida humana insertada en el seno de una madre.

Las discusiones de si la madre quiso o no quiso el embarazo, son obviamente legítimas. Sin embargo, ¿vamos a incurrir en homicidio para resolver esa cuestión? Como dijo un político americano con ironía respecto de los abortistas: “me resulta curioso que todos los que conozco que defienden el aborto, ya habían nacido”. O sea, ¿Cómo consultamos la opinión de todos aquellos que fueron cercenados de la posibilidad de continuar su vida y desarrollarse como adultos? Es muy fácil opinar sobre asesinar a otro, si es que uno ya pasó esa etapa y no fue sometido a semejante crimen.

Y todo esto sin haber siquiera introducido ningún razonamiento vinculado a la fe. Seamos claros a este respecto: es absolutamente indubitable que el aborto no es compatible con la fe cristiana. Es un pecado gravísimo que pone una línea divisoria entre los que están con Dios, y los que están contra El. No hay otra forma de verlo.

La Madre Teresa de Calcuta ha dicho: el resultado del aborto será la tercera guerra mundial. Yo opino que el país más pobre es el que mata a los niños no nacidos para poder tener placeres y cosas extras. Temen tener que alimentar a Un niño más.

Nosotros desde www.ReinadelCielo.org difundimos los mensajes de la Virgen María en Medjugorje como La Reina de la Paz, entre tantas otras revelaciones privadas. Ella no solo está preocupada por el aborto que avanza en todo el mundo, sino por la amenaza que representa a las almas de madres y padres abortistas. Mirjana Dragicevic, una de los seis videntes de Medjugorje, a la pregunta de si la Santísima Virgen había mencionado el aborto en Estados Unidos, contestó: No sólo en Estados Unidos si no en todo el mundo. La Santísima Virgen dijo que no hay pecado para Dios que no pueda ser perdonado. Pero para el aborto hay que hacer penitencia toda la vida, no sólo la Madre si no también ambos padres, madre y padre. Dios perdona todos los pecados, incluyendo el aborto. Dios sólo pide que uno regrese a Él y busque Su amor y su perdón.

Otro de los videntes de Medjugorje, Iván Dragicevic, habló de sus experiencias con la Virgen María al mencionar que el aborto causa profundo dolor a la Madre de Dios. En su testimonio Iván reforzó la dignidad de toda vida humana desde la concepción hasta la muerte natural. Dijo que el gran número de abortos en el mundo producen lágrimas en los ojos de la Virgen María, que nos llama a respetar la vida desde el momento de la concepción hasta la muerte natural.

De este modo, Dios nos advierte a través de Su Madre que el pecado del aborto es mucho más grave que otros pecados, porque es un crimen contra un alma totalmente pura, inocente, y por eso requiere ser confesado a un sacerdote con verdadero arrepentimiento, pero luego de ello realizar mucha penitencia durante todo el resto de la vida.

El aborto es el gran pecado de nuestros tiempos ya que configura un verdadero genocidio, porque  a traves de ello se persigue a un generico de seres humanos indefensos y dispersos por el mundo entero. Como católicos practicantes, no podemos apoyar ninguna política de estado que esté a favor del aborto, ni votar a candidatos que lo aprueben.

Es una cuestión seria de conciencia, porque aborto y fe son dos términos absolutamente irreconciliables.


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El poder de un abrazo https://www.reinadelcielo.org/el-poder-de-un-abrazo/ Thu, 20 Mar 2025 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=26426 Por motivo de la pandemia hemos pasado mucho tiempo aislados, con escaso contacto humano, y la verdad es que yo no había comprendido cuánto extrañaba el abrazo de gente querida, hasta que hace pocos días tuve la oportunidad de dar unos buenos abrazos a hermanos de fe que no veía desde hace mucho tiempo. Fue tan grande la alegría, la felicidad que llenó mi corazón, que no pude más que quedarme impresionado por la forma en que Dios nos regala esos gestos tan humanos, y que a veces subestimamos cuando no tenemos escasez de ellos.

Sin embargo, viajando por el mundo durante muchos años, he observado que esa costumbre del abrazo y el beso es muy nuestra, muy latina. Así, y con gran escándalo he cometido el error de abrazar a buenas personas, pero de otras culturas, que no entendieron cómo fui capaz yo de hacer semejante cosa. Algunos comprendieron que estas son cosas de los latinos, otros simplemente se sintieron invadidos en su espacio personal, intocable e inaccesible. No hago juicios de valor sobre otras culturas, pero en cambio valoro y agradezco a Dios por habernos dado el regalo del hábito del abrazo, y el beso, a quienes provenimos de historias cercanas al Mar Mediterráneo.

Cuando esta semana volví a sentir el poder de un abrazo, inmediatamente me vino a la mente Jesús y Su Mamá, o Jesús y San José. ¿Se abrazarían Ellos? Estoy absolutamente convencido que sí, que si se abrazaban y besaban al encontrarse después de un largo, o quizás no tan largo, periodo de ausencia. Me imagino a Jesús rodeando a Su Mamá con Sus Brazos de Hombre Dios, y sonriendo ambos ante la alegría del reencuentro. La Virgen tendría en esos abrazos el regalo más grande que criatura humana puede recibir: ser abrazada por un Hijo tan amado, y al mismo tiempo, recibir el Abrazo de Dios mismo. No me puedo imaginar algo más maravilloso que esos instantes de reencuentro entre El Creador, y la más maravillosa obra de Su Creación, La Virgen Santísima.

El abrazo que Dios nos regala aquí abajo, entre nosotros, es entonces un anticipo de los abrazos que Él mismo nos promete para cuando por Su Misericordia lleguemos a Su Presencia. ¡Hay que llegar a ese abrazo, hay que ganárselo viviendo una vida de Gracia! En el Cielo viviremos en perfecta unión no sólo con Dios, sino también con todos aquellos que alcancen las maravillas del Reino, para vivirlas por toda la eternidad. ¡Una eternidad de abrazos, de sentirse unidos en la perfección del Amor de Dios, comprendiendo finalmente la importancia de haber vivido con anhelo de santidad durante nuestra vida en la tierra!

A veces nos olvidamos que la promesa del Cielo, del Reino de Dios, es una promesa encarnada. La resurrección de los muertos, a la que todos estamos llamados, es seguir a Jesús, que con Su Muerte y Resurrección venció a la muerte. Él nos abrió así las puertas a la eternidad, pero esta será una eternidad con cuerpos glorificados, en un nuevo cielo y una nueva tierra. Cuando Jesús vuelva, en Su Segunda Venida, estaremos a las puertas del Juicio Universal, y de allí caminaremos a ese nuevo paraíso que Dios nos construye, donde Él nos espera.

Los abrazos aquí en la tierra, y los sentimientos de unidad que provocan en nuestra alma, son un anticipo de ese nuevo paraíso. Allí tendremos cuerpos, pero no enfermedad, juventud, y ya no más muerte. Viviremos en perfecta unión, en la alegría de haber pasado la prueba, y como nos dijo San Pablo, habiendo conservado la fe y perseverado hasta el fin. El premio a haber llevado una vida de gracia es gigantesco. Cuando pienso en lo que arriesgamos cuando gastamos nuestro tiempo en cosas vanas, no puedo más que conmoverme e inmediatamente anhelar alejarme de todo lo mundano y poner manos a la obra en el más importante proyecto de mi vida: ¡La santidad!

El poder de un abrazo es incalculable, porque allí se manifiesta toda la belleza de nuestra humanidad, de lo bueno que Dios puso en nosotros. El abrazo de un padre a un hijo, de un esposo a su esposa, de dos amigos que se reencuentran, de dos almas consagradas que comparten el más maravilloso tesoro. El abrazo es un chispazo del Amor de Dios que baja por un instante a nuestra alma, y nos da un signo de todo lo bueno que Dios plantó dentro nuestro.

En el próximo abrazo que des, o recibas, busca por un instante la Presencia de Dios que envuelve ese encuentro. Busca entonces en ti la pureza, la sinceridad, el deseo de consolar, de ayudar, de ser bueno, de romper toda división y conflicto. Busca en ti, por un momento, a ese ser maravilloso que Dios creó, y que tantas veces te esfuerzas en oscurecer y manchar con el espíritu del mundo. Que ese abrazo espante al mundo, y te abra de par en par las puertas y ventanas del Cielo, para que una vez allí, no quieras volver nunca más a perder de vista el eje de tu vida: ganarte tu lugar en el Nuevo Paraíso, encarnado, con tu cuerpo glorificado, feliz para siempre.

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Autor: Reina del Cielo


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Enfrentar la enfermedad https://www.reinadelcielo.org/enfrentar-la-enfermedad/ Fri, 07 Mar 2025 16:23:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=334 Conocemos mucha gente que sufre enfermedades a nuestro alrededor, y casi todos hemos enfrentado en un punto de la vida un momento de preocupación por la salud física. ¿Cómo reaccionamos cuando llegan estas épocas de prueba?

Dios en su infinito amor quiere nuestro bien, y en ese plan permite que nos acose la enfermedad. ¿Por qué?

Vidas

El Señor sabe muy bien que cuando nos regala prosperidad, gracias y progreso personal y familiar, solemos alejarnos de El. En esos momentos nos llenamos de soberbia y vanidad, creemos que el mérito de lo obtenido es nuestro y no de Dios. No agradecemos, no nos volvemos a El. En resumen: no aprovechamos la oportunidad para cimentar un camino de conversión basado en el agradecimiento y reconocimiento de que fue Dios el artífice de lo logrado. ¡Pero qué ciegos somos!. Nada bueno en este mundo proviene de alguien que no sea el propio Dios. Nuestras virtudes, nuestras aptitudes, lo aprendido, los bienes recibidos, todo proviene de Dios. Y si usamos para el bien esas habilidades naturales o adquiridas, si se transforman en buenas obras: también esas obras provienen de Dios, porque son el resultado de dones recibidos conjugados con el amor por los demás. ¡Reconozcamos de este modo que Jesús está vivo y actúa entre nosotros a través de todo lo bueno que acontece en nuestro día!.

En cambio, cuando Dios permite que la enfermedad u otras tribulaciones se ciernan sobre nuestra vida, pone grandes esperanzas en que eso sirva para nuestra conversión. Y la verdad es que es mucho más frecuente encontrar conversiones profundas originadas en la enfermedad, que en la prosperidad. Es que el reconocerse enfermo obliga a darse cuenta que no somos nada, es un camino a la humildad. Y de este modo, por el sendero de la pequeñez, se nos abre el corazón para poder pedir ayuda al Señor. También es cierto que la enfermedad suele provocar el efecto contrario: que la persona se enoje con Dios, y se aleje aún más de lo que estaba. Pero este es un riesgo que Dios toma, porque siempre es nuestra la opción, nuestro el libre albedrío. El pone las llamadas y los signos en nuestra vida, somos nosotros los que debemos reconocerlos y torcer el rumbo de nuestro destino.

Cruz

De este modo, quienes sufren enfermedad tienen en el sufrimiento un camino de purificar no sólo las propias faltas, sino las de muchas otras almas también. Son Cruces que, si se llevan con entrega al Señor y no con enojo hacia El, son tomadas por Dios como un regalo que agrada a Su Corazón amante. El Beato Don Orione solía rezar de este modo: “Señor, envíame más Cruces, quiero sufrir más en expiación de la poca disposición de los hombres a llevar Tu Cruz”. En realidad todos los grandes santos tuvieron esta actitud de entrega al sufrimiento, a las tribulaciones que Dios permitía en sus vidas.

El entendimiento humano sobre lo que es bueno o malo para nuestra vida es bien distinto del pensamiento de Dios: El sabe perfectamente qué es bueno para nosotros. Entreguemos, entonces, mansamente nuestra voluntad a la Divina Providencia. Quien encuentra en la enfermedad una vía de llegar a la salvación del alma, no podrá negar luego que Dios le ha hecho un gran bien, cuando se encuentre con El en el Reino. Viviendo aún en este mundo, en esta vida, ¿cómo podemos tratar de entender lo que es bueno o malo para nosotros?.

Veamos en la enfermedad propia o en la de quienes amamos un llamado a la conversión o a la profundización de la conversión. ¡O lisa y llanamente un llamado a la santidad!.

Oremos así:

“Señor, me entrego a Tu Voluntad. Tú sabes lo que es mejor para mi, yo no entiendo, ni pretendo entender. Sé que mi enfermedad es para mi bien, porque sana mi alma, y quizás, sólo quizás, tu querrás sanar mi cuerpo también. Pero eso lo dejo en Ti, Señor, con humildad y entrega. Y te agradezco también todo lo que haces por mi, para que finalmente mi corazón se empequeñezca y se abra, y deje paso a que sea Tu Divina Voluntad la que haga mi día”.


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Y el Señor lloró https://www.reinadelcielo.org/y-el-senor-lloro/ Fri, 28 Feb 2025 11:42:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=363 ]]> Hay un lugar en Jerusalén llamado Dominus Flevit, que quiere decir literalmente “El Señor lloró”. Dice la tradición que desde este punto observó Jesús la ciudad, y sabiendo lo que ocurriría en ella, lloró. El vino a ellos, a Su pueblo, y no dejó de decir palabra o de hacer milagro, tratando de convencerlos. Pero el pueblo elegido tuvo el corazón duro, y lo rechazó. Lo rechazó la gente común y también lo rechazaron los que estaban en el Templo sobre el monte Sión, los sacerdotes y doctores de la ley.

Rostro de Jesús (ft img) 2

Me pregunto qué siente Jesús en estos tiempos cuando nos mira a los cristianos, que somos Su pueblo nacido después de la Resurrección. La clave está en la observación que se hiciera sobre nuestros hermanos de la Iglesia primitiva, la de los primeros tiempos: “miren cómo se aman” (del teólogo Tertuliano, año 155-230). Somos los miembros del Cuerpo Místico de Jesús, y eso es una gran responsabilidad que debemos honrar en todo ámbito, en nuestras familias, trabajos, en todo momento. ¿Acaso quienes hoy nos ven como cristianos, como integrantes de la Iglesia de Cristo, exclaman con asombro ?miren cómo se aman??

Demasiadas veces escucho que gente alejada de Dios rechaza la invitación a volver al Señor con amargas palabras: “con Dios no tengo problemas, pero no tuve buenas experiencias con los que están en las primeras filas de los bancos de las iglesias, y luego llevan unas vidas que dan vergüenza”. Es obvio que resulta una muy práctica excusa el reaccionar de ese modo, pero también es cierto que muchos católicos damos un mal ejemplo en nuestro carácter de miembros de la Iglesia, como testigos vivos de Su amor. En realidad, espantamos a las ovejas, en lugar de atraerlas al rebaño.

También en otras ocasiones los alejados reaccionan a las invitaciones recordando “a aquel sacerdote que cometió un acto que no es digno de un consagrado a Dios”. Con tan simple motivo descartan de plano toda aproximación a la Iglesia, olvidando que no es a hombre alguno que se busca en los Sacramentos, sino a Dios mismo. Por supuesto que esta gente no se molesta en descubrir o resaltar la figura de tantos sacerdotes santos que se encuentran en el camino. Para ellos es preferible quedarse con la imagen de aquel que no llevó su apostolado con dignidad, o al menos así lo parecía.

Mirada de Jesús

He dudado mucho hasta concluir sobre cual es la mejor forma de responder a estos planteos, que son tan frecuentes, lamentablemente. Negar que existan malos cristianos, laicos como consagrados, no tiene sentido ya que los ejemplos abundan. Tratar de argumentar sobre la proporción de malos sobre buenos es entrar en un debate interminable. Mi conclusión fue la de reconocer que, personas al fin, tenemos de los buenos y de los otros en nuestras filas, ¿cómo negarlo? Pero es fundamental dejar muy en claro que, frente a los que no representan dignamente su carácter de cristianos, Dios llora, como lloró en Jerusalén aquel día.

Si, el Señor llora con amargura cuando ve que aquellos que debemos unir, desparramamos, que aquellos que debemos amar, odiamos. Y llora aún más amargamente cuando ve que con una sonrisa de burla nos miran y dicen: “miren cómo se pelean”. Imaginen la tristeza de Jesús cuando es testigo de que, amparados en la falta de amor de algunos cristianos cercanos a Su Iglesia, muchos otros cristianos se alejan de El, dejándolo más sólo aún. Al alejarnos de la Iglesia nos alejamos de Jesús, quien más que nunca necesita de nuestro amor para construir un círculo de caridad cristiana alrededor de Su Templo.

Y yo, ¿a qué grupo pertenezco? Como me decía un sacerdote amigo, si tengo el “Currículum Católicus Vitae” y concurro asiduamente a los Sacramentos, mejor que lleve una vida que sea un testimonio de amor y unión. Que mi vida sea una invitación a acercarse a la religión. Y si me he alejado de la Iglesia por no sentirme a gusto con algunos de los que están en ella, mejor comprenda que al que he dejado sólo es a Jesús.

La Iglesia es Cristo, es muchísimo más que los hombres y mujeres que la conformamos como miembros activos. A la Iglesia se asiste al encuentro con Dios, porque la celebración de la Eucaristía es la oración perfecta, es el milagro continuo que se reproduce en todos los altares del mundo, día a día. Reflexionemos en lo que con gran ironía dijouna vez un miembro de una iglesia protestante: “si los católicos creyeran realmente que Jesucristo está presente en Cuerpo y Sangre en la Hostia Consagrada, en el Sagrario, debieran estar allí a tiempo completo, de rodillas y adorando”.

Y el Señor lloró.


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