Nuestra forma de preparar el corazón, para encontrarnos con Dios hecho un niño, es ponernos en oración y dejar que Él, con su presencia, ilumine nuestras vidas. (ver artículo)
Su conversión no fue fácil y ha supuesto su persecución y otros grandes sufrimientos. ¿Cómo consiguió su intenso amor a la Iglesia, a la cruz y al cielo? (ver artículo)