Oraciones Marianas tradicionales

Oración Bendita sea tu Pureza

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea: La pureza es virtud eminentemente positiva que hace grata a Dios a la persona que la vive. Es la virtud de la belleza, de la blancura del alma. Eleva al hombre hacia las cosas divinas. Espiritualiza y engrandece. Estos dos versos son una alabanza a María. Concebida sin mancha, siempre fue pura y limpia más que el sol (…) Nadie como Ella vivió —ni vivirá— con tanta delicadeza la pureza.

Pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza: La Virgen María es la obra maestra de la Creación. Ella es toda blancura, sin mancha posible. Reina de la luz, que no tiene menguantes como la luna, ni ocasos como el sol, sino siempre luz toda luz, sin mezcla de sombra de ninguna clase. Más que Ella sólo Dios.

A Ti celestial Princesa, Virgen Sagrada, María: El alma se dirige a María, recordándole su realeza y su virginidad (…) No se llama a María “la humilde, ni la obediente”, aunque fue todo eso y modelo acabadísimo de todas las virtudes; en cambio se le dice “la Virgen” y parece que ya está dicho todo con llamarla así.

Yo te ofrezco en este día alma, vida y corazón: Es el ofrecimiento que el hombre hace de su ser a María, Madre nuestra por designio divino. Desde hoy, que es el primer día del resto de vida que a cada uno le queda, sin perder un instante más, ofrece el hombre aquello que más aprecia: el alma, con sus facultades, inteligencia y voluntad; su propia vida, regalo inmenso de Dios; y el corazón, para que la Virgen lo tome y le alcance la gracia de conservarlo limpio, y así gozar en la eternidad de la visión de Dios.

Mírame con compasión: Es una petición de misericordia que hace el alma, con la seguridad de ser atendida por María, porque Ella es Madre, y la me jor de las madres, que siempre está pendiente de sus hijos y se compadece de ellos.

No me dejes, Madre mía: Lleno de confianza en el poder y la bondad de Santa María y sabiendo que, como Madre buena, oye los ruegos de sus hijos, le suplica el alma con todo el fervor del corazón que no le deje de su mano, porque si Ella le deja se perderá para siempre.

Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.

A Ti, celestial Princesa,
Virgen Sagrada María,
yo te ofrezco en este día
alma, vida y corazón.

Mírame con compasión,
no me dejes, Madre mía.

Oración Estaba la Madre Dolorosa (Stabat mater)

Traducción de Lope de Vega

Estaba la Madre dolorosa
junto a la Cruz llorando,
mientras su Hijo pendía.

Su alma llorosa,
triste y dolorida,
traspasada por una espada.

¡Oh cuán triste y afligida
estuvo aquella bendita

¡Madre del Unigénito!
Estaba triste y dolorosa,
como madre piadosa,
al ver las penas de su Divino Hijo.

¿Qué hombre no lloraría,
si viese a la Madre de Cristo
en tan atroz suplicio?

¿Quién no se contristaría,
al contemplar a la Madre de Cristo
dolerse con su Hijo?

Por los pecados de su pueblo,
vio a Jesús en los tormentos,
y sometido a los azotes.

Vio a su dulce Hijo
morir abandonado,
cuando entregó su espíritu.

¡Oh, Madre, fuente de amor!
Haz que sienta tu dolor
para que contigo llore.

Haz que arda mi corazón
en amor de Cristo mi Dios,
para que así le agrade.

¡Oh santa Madre! Haz esto:
graba las llagas del Crucificado
en mi corazón hondamente.

De tu Hijo lleno de heridas,
que se dignó padecer tanto por mi,
reparte conmigo las penas.

Haz que yo contigo piadosamente llore,
y que me con duela del Crucificado,
mientras yo viva.

Haz que esté contigo
junto a la Cruz;
pues deseo asociarme en el llanto.

¡Oh Virgen la más ilustre de todas las vírgenes!
no seas ya dura para mí;
haz que contigo llore.

Haz que lleve la muerte de Cristo;
hazme socio de su Pasión
y que venere sus llagas.

Haz que, herido con sus heridas,
sea yo embriagado con la Cruz
y con la Sangre de tu Hijo.

Para que no me queme y arda en las llamas,
por ti, oh Virgen, sea defendido
en el día del juicio.

¡Oh Cristo! Cuando hubiere de salir de aquí,
dame, por tu Madre,
que llegue a la palma de la victoria.

Cuando el cuerpo feneciere,
haz que al alma se le de
la gloria del Paraíso.

Amén. Aleluya.

Oraciones Marianas

Madre del Redentor, virgen fecunda,
puerta del cielo siempre abierta,
estrella del mar,
ven a librar al pueblo que tropieza
y se quiere levantar.

Ante la admiración de cielo y tierra,
engendraste a tu santo Creador,
y permaneces siempre virgen.

Recibe el saludo del arcángel Gabriel
y ten piedad de nosotros, pecadores

Oración a la Virgen de Guadalupe 
Juan Pablo II

¡Oh Virgen Inmaculada, Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia! Tú, que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a to dos los que solicitan tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te dirigimos y preséntala ante tu Hijo Jesús, único Redentor nuestro.

Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todo nuestro ser y todo nuestro amor. Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores.

Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos; ya que todo lo que tenemos y somos lo ponemos bajo tu cuidado, Señora y Madre nuestra.

Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino de una plena fidelidad a Jesucristo en su Iglesia: no nos sueltes de tu mano amorosa.

Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te pedimos por todos los Obispos, para que con­duzcan a los fieles por senderos de intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas.

Contempla esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda hambre de santidad en todo el Pueblo de Dios, y otorga abundantes vocaciones de sacerdotes y religiosos, fuertes en la fe, y celosos dispensadores de los misterios de Dios.

Concede a nuestros hogares la gracia de amar y de respetar la vida que comienza, con el mismo amor con el que concebiste en tu seno la vida del Hijo de Dios. Virgen Santa María, Madre del Amor Hermoso, protege a nuestras familias, para que estén siempre muy unidas, y bendice la educación de nuestros hijos.

Esperanza nuestra, míranos con compasión, enséñanos a ir continuamente a Jesús y, si caemos, ayúdanos a levantarnos, a volver a él, mediante la confesión de nuestras culpas y pecados en el Sacramento de la Penitencia, que trae so siego al alma.

Te suplicamos, que nos concedas un amor muy grande a todos los santos Sacramentos, que son como las huellas que tu Hijo nos dejó en la tierra.

Así, Madre Santísima, con la paz de Dios en la conciencia, con nuestros corazones libres de mal y de odios podremos llevar a todos la verdadera alegría y la verdadera paz, que vienen de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que con Dios Padre y con el Espíritu Santo, vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

Regina Coeli. Benedicto XIV estableció, en 1742, que durante el tiempo Pascual (desde la Resurrección del Señor hasta el día de Pentecostés) se sustituyera el rezo del Ángelus por la antífona “Regina Coeli”.

V. Alégrate, Reina del cielo; 
aleluya,

R. Porque el que mereciste llevar en tu seno; 
aleluya.

V.Ha resucitado, según predijo;
aleluya,

R.Ruega por nosotros a Dios;
aleluya.

V.Gózate y alégrate, Virgen María; 
aleluya,

R.Porque ha resucitado Dios verdaderamente; 
aleluya.

Oración

Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, te has dignado dar la alegría al mundo, concédenos que por su Madre, la Virgen María, alcancemos el goce de la vida eterna. Por el mismo Cristo Nuestro Señor.

R.Amén.

SALVE, REINA DE LOS CIELOS

Salve, Reina de los cielos

y Señora de los Ángeles;

salve raíz, salve puerta,

que dio paso a nuestra luz.

Alégrate, virgen gloriosa,

entre todas la más bella;

salve, agraciada doncella,

ruega a Cristo por nosotros.

Oración de San Bernardo

Si se levantan las tempestades de tus pasiones,

mira a la Estrella,

invoca a María.

Si la sensualidad de tus sentidos quiere hundir la barca de tu espíritu,

levanta los ojos de la fe, mira a la Estrella,

invoca a María.

Si el recuerdo de tus muchos pecados quiere lanzarte al abismo de la desesperación,

lánzale una mirada a la Estrella del cielo y

rézale a la Madre de Dios.

Siguiéndola, no te perderás en el camino.

Invocándola no te desesperarás.

Y guiado por Ella llegarás seguramente al Puerto Celestial.

San Bernardo

SALVE, DEL MAR ESTRELLA

Salve, del mar Estrella,
salve, Madre sagrada
de Dios y siempre virgen,
puerta del cielo santa.

Tomando de Gabriel
el «Ave», Virgen alma,
mudando el nombre de Eva,
paces divinas trata.

La vista restituye,
las cadenas desata,
todos los males quita,
todos los bienes causa.

Muéstrate madre, y llegue
por ti nuestra esperanza
a quien, por darnos vida,
nació de tus entrañas.

Entre todas piadosa,
Virgen, en nuestras almas,
libres de culpa, infunde
virtud humilde y casta.

Vida nos presta pura,
camino firme allana,
que quien a Jesús llega
eterno gozo alcanza.

Al Padre, al Hijo, al Santo
Espíritu alabanzas;
una a los tres le demos,
y siempre eternas gracias.

Amén.

Fuente: Liturgia de las horas

Carta de Jesús a su Mamá en el Día de la Madre 

¡Qué seas muy feliz! que es otra manera de decir todo aquello que te dijo el Ángel Gabriel: “Dios te salve, llena eres de gracia, El Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres.” 

Sí, porque creíste. Porque “Felicidad” empieza con “Fe”. y qué grande fue tu fe, como para no desesperarte en medio de tantas dificultades. Porque yo sé bien que te hice sufrir. Desde Belén hasta el Calvario, una espada se fue clavando, poco a poco, en tu corazón. Hasta que te hizo morir, de amor, al pie de la cruz. 

Alguien dijo de mí que yo estaría muriendo hasta el fin del mundo. . Porque es cierto que yo sufro y que muero en cada niño que muere, y en cada hombre o mujer que llora, porque ha sido pisoteada su dignidad. Y tú, como madre sufres y lloras por todos. La madre es como un pozo de lágrimas, porque ella sufre y padece por los dolores y los desvíos de todos y cada uno de sus hijos. 

Pero, ¿por qué decirte estas cosas tristes para felicitarte en tu día? ¿Por qué no traerte un ramo de flores, o decirte unos versos, o comprar un regalo a mi alcance? Total, en este mundo todo se arregla con dinero (?) Y le hacemos ganar, de paso, a los comerciantes que son los que inventaron y promocionaron este Día. 

Pero no, tú no te dejas engañar. Tú no crees en besos y risas y regalos que no salen del corazón. De estos hijos que se acuerdan de la madre solo en su Día. ¿Y después? ¡Todo es hacerla sufrir! 

Yo sé que Tú sufres porque hay hijos que nunca se dejan ver por tu casa, que es mi Casa. porque tienes hijos e hijas que andan peleando entre sí, por el dinero, por la política, por cualquier cosa… Porque tienes muchos hijas e hijos que han profanado el amor, y aún la vida: Hay madres que no quieren a sus hijos. Los matan 

Tienes tantos hijos e hijas ingratos, egoístas, soberbios,,, 

Es muy cierto. Pero también tienes muchos hijos que te quieren, como te quise yo. Hay mucha gente buena, sencilla, con fe. ¿Te consuela? Pero te preocupan los otros… ¿Qué es lo que podríamos hacer por ellos? 

Tú sabes que en el fondo del alma de cada hombre hay un niño. Y que este niño necesita, para vivir del cariño de una mamá. Por esto, también los hombres modernos y los del 2017, te necesitan a ti. Yo te los confío. ¡Vela por ellos! 

Enséñales a creer y a querer. Enséñales también a saber esperar. Porque todo sufrimiento pasa, pero lo que se ha sufrido queda, como un fruto maduro. De la espina que nos hirió, nacerá una nueva rosa. 

Y esta rosa es la que vengo a ofrecerte en tu Día, querida mamá. Y te pido por todas las madre s del mundo. Para que te imiten a ti. Porque, si escuchan, como Tú escuchaste la Palabra de Dios, y la cumplen, si tienen como Tú, tanta fe y tanto amor, serán muy felices. 

De todo corazón te lo desea tu hijo, Jesús