No al aborto, Sí a los genios

La Iglesia está a favor de salvar a nuestros genios que aún no han nacido y lucha incansablemente por hacerlo.

Durante mucho tiempo se dijo -y se dice- que la Iglesia fue y es obsoleta, caduca, atrasada, fuera de época, y no sabe vivir al ritmo de nuestro tiempo. Podemos concederles a todos estos que sostienen estas tesis que es verdad que la Iglesia no va al ritmo del hip hop o el reggaeton, y qué más bien usa ritmos de arpas y laúdes, pero no porque sea atrasada u obsoleta, sino porque va al ritmo que tiene que ir para pensar el pensamiento de hoy, porque así lo desea, para dar respuestas que no se caen al llegar las nuevas épocas, ideas o modas del pensamiento.

Bien decía Chesterton que el catolicismo es “la única religión que libera al hombre de la degradante esclavitud de ser hijo de nuestro tiempo”. Y si miramos a nuestra historia podemos observar que la Iglesia se caracteriza por brindar ideas nuevas y no caducas, y ejemplo de ello puede ser Francisco Suárez, -jesuita-, que doscientos años antes que la declaración de la independencia de Estados Unidos y de la Revolución Francesa, habló claramente sobre lo que es la democracia, pero se adelantó demasiado.

aborto (ft img)No poco ha dicho La Iglesia sobre el aborto, constantemente nos dice que es algo aberrante y que tenemos que estar a favor de la vida, que la vida es un don y que viene dado por Dios, pero el hedonismo deshumanizante de hoy en día niega la intrínseca dignidad de la vida y se practica, por ejemplo, el aborto. Tal vez dentro de doscientos años esto provoque el horror de los que les toque vivir en esa época.

La idea de la defensa de la vida es extremadamente nueva y defender esta idea es ir contracorriente, pero seguramente ganaremos mucho más que cerrando los ojos y abriendo la puerta a la degradación y a la muerte.

Si una niña de 13 años es violada y queda embarazada, como buenos padres y veladores del bienestar de nuestros hijos, aprobaríamos que abortara, y como consecuencia mataríamos a Ethel Walters, una de las cantantes negras más famosas. O si una mujer con poco tiempo de vida, con su marido en la guerra y habiendo perdido a dos de sus muchos hijos, tal vez también le recomendaríamos que abortara, en cuyo caso habríamos matado a Juan Pablo II. Y tal vez hubiéramos recomendado el aborto a una mujer que tiene tuberculosis, con un marido asmático, un hijo ciego, otro sordo y el tercero muerto, entonces habríamos matado a Beethoven.

Es así entonces que, la Iglesia está a favor de salvar toda vida humana, a todo ser que indefenso no puede hacer nada contra los verdugos de esta época, la Iglesia está a favor de salvar a las personas (todos) que tienen algo que decir a nuestra historia. Hay que salvar a nuestros genios que aún no han nacido.

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Autor: Reina del Cielo