Hizo volver a la comunión católica a muchos hermanos que se habían separado y con sus escritos enseñó a los cristianos la devoción y el amor a Dios. (ver artículo)
Santoral
San Francisco Javier
Presbítero de la Compañía de Jesús, evangelizador de la India, uno de los primeros compañeros de san Ignacio que, siempre movido por el ardor de difundir el Evangelio. (ver artículo)
San Gregorio Magno
Memoria de san Gregorio I Magno, papa y doctor de la Iglesia, que siendo monje ejerció ya de legado pontificio en Constantinopla y después, en tal día, fue elegido Romano Pontífice. (ver artículo)
San Ignacio de Antioquía
San Ignacio de Antioquía fue discípulo directo de San Pablo y San Juan; segundo sucesor de Pedro en el gobierno de la Iglesia de Antioquía. (ver artículo)
San Isidro labrador, ora por los labradores
Bienaventurado Isidro, que habitas hoy la celestial morada, te suplicamos que seas nuestro intercesor.
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San Jerónimo
Uno de los cuatro Doctores originales de la Iglesia Latina. Padre de las ciencias bíblicas y traductor de la Biblia al latín. Presbítero, hombre de vida ascética, eminente literato. (ver artículo)
San Jorge, protector ante los ataques del demonio
Andaré vestido con las armas de San Jorge, para que mis enemigos, teniendo pies no me alcancen, teniendo manos no me atrapen y ni con el pensamiento ellos puedan hacerme mal. (ver artículo)
San José de Cupertino
"La obediencia es como un cuchillo por el cual se mata la voluntad del hombre y se le ofrece a Dios. Hace que el hombre se vaya conformando con el cielo"
José nació el 17 de junio de 1603 en el pequeño pueblo italiano llamado Copertino (Lecce). (ver artículo)
San José obrero
Oh bendito San José, nuestro protector en la tierra, quien conoce el valor del trabajo y la respuesta a nuestro llamado. A través de tu Santa Esposa, la Inmaculada Virgen Madre de Dios. (ver artículo)
San José, consuelo de los desdichados, patrono de los moribundos
Él es la prueba de que con el fin de ser un seguidor bueno y genuino de Cristo, no hay necesidad de grandes cosas, es suficiente tener las virtudes comunes. (ver artículo)