Santa Isabel de Hungría, abrazándose a la pobreza, se dedicó al cuidado de los enfermos y de los pobres hasta el último suspiro de su vida. (ver artículo)
Consagrándose a la labor de salvar a los jóvenes del maligno, fundó el Oratorio en Roma. Resplandeció por el amor al prójimo, la sencillez evangélica y su espíritu de alegría y servicio. (ver artículo)
En la Edad Media se invocaba a la santa contra las enfermedades de los ojos, probablemente porque su nombre está relacionado con la luz. (ver artículo)
La santidad del padre Pio, comenzó a manifestarse en su infancia según narran historiadores y biógrafos. Modelaba en barro imágenes del nacimiento. (ver artículo)
"Hasta ahora tú has sido mi padre en la tierra. Pero en adelante podré decir: “Padre nuestro, que estás en los cielos” —San Francisco de Asís— (ver artículo)